miércoles, 29 de enero de 2014

Grupo de viviendas El Pilar: materialización racionalista de la industria.

El mar, la madera y el hierro. Estos fueron los tres pilares sobre los que se sustentó la economía guipuzcoana a lo largo de los siglos. Ya desde los siglos XVI- XVII, grandes cantidades de hierro fueron forjadas en ferrerías de esta provincia. A partir del siglo XVIII, se implantó un nuevo sistema de comercio colonial. Esta bonanza económica de Gipuzkoa facilitó la alta densidad en sus ciudades más relevantes, y su lógica emigración (sobre todo al Nuevo Mundo). Pero no fue realmente hasta el siglo XIX cuando comenzó una verdadera industrialización del País Vasco, en concreto Bizkaia que  sería la provincia más beneficiada, seguida de Gipuzkoa. En esta última aparecerían grandes empresas alrededor de los núcleos poblacionales más densos, empresas papeleras, textiles y siderúrgicas que modificaron el paisaje de Donostia, Beasain, Tolosa e incrementaron sus respectivas poblaciones, con nuevas generaciones de trabajadores.
 Este crecimiento hizo que las periferias de ciudades como las nombradas anteriormente se expandieran con barrios de carácter obrero. Un grupo de viviendas instalado en el barrio donostiarra de Martutene, que cumple con las condiciones de viviendas humildes es el de El Pilar. Estas viviendas son una intervención realizada por el arquitecto Tolosarra  Florencio Mocoroa Gastesi, arquitecto que modificó también el paisaje de otras zonas de la capital de la provincia, como gros o la zurriola. Fue un arquitecto que no intervino en grandes discusiones teóricas, pero si embargo utilizó el racionalismo para crear viviendas de gran utilidad y habitabilidad, y al que el tiempo ha sabido ponerle en su lugar.
"casa de los solteros", Florencio Mocoroa
Villa Alemy, Florencio Mocoroa.
El grupo residencial de El Pilar, son unas V.P.O construidas en la década de los 50, con materiales calidad baja, pero muy bien utilizados por el arquitecto. Son siete bloques, de seis viviendas cada uno. Tienen un forjado sanitario, prácticamente necesario por la cantidad de humedad que aporta la cercanía al Urumea, cada vivienda tiene una superficie reducida de unos 65m2, sin embargo estan bien orientadas todas, con doble orientación y una ventilación adecuada. La construcción de estas casas se resolvió con cuatro muros de carga, uno por fachada y una serie de pilares de reducidas dimensiones, pero sufiente para sustentar las vigas y viguetas necesarias para salvar la luz de los edificios. Aunque no sea una obra reconocida, es uno de los mejores ejemplos de V.P.O. de estilo racionalista que podemos apreciar.
Conocida un poco la historia de este barrio, podremos realizar mejor la intervención que nos proponen: en uno de los bloques, ampliar la vivienda con una crujía de tres metros con la intención de poder introducir en ella unos ascensores para mejor la accesibilidad, y una serie de mejoras en unas casas con medio siglo a sus espaldas. Además, intentaremos mejorar las distribuciones interiores de las viviendas, respetando al máximo la obra de Florencio Mocoroa, por el bien de los vecinos. Comienza el reto.



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