Ver el lugar me ha ayudado a comprenderlo y entender mejor la obra de Mocoroa. De la visita creo que me ha impresionado las reducidas dimensiones del conjunto y los materiales con los que fue construido. La mejor forma de intervenir, en mi opinión, sera con materiales comunes pero nobles, con los que hacer una reforma disimulada, sin grandes pretensiones y con el afán de beneficiar a los vecinos. Con la nueva crujía debemos resolver los problemas generados por los problemas de espacio y accesibilidad que conlleva vivir en un edificio de los años 50. En ella incluiremos la mayoría de mejoras para no modificar demasiado el complejo ya construido, y molestar a los inquilinos lo menos posible. Cambiar la vida de estas personas está en nuestras manos.